domingo, 24 de julio de 2011

"Un verano para la poesía" en Covarrubias: Ángel González.

     El Círculo Literario Miguel Hernández traslada su actuación a Covarrubias. El sábado 30 de julio os esperamos en el Huerto de Dios (detrás de la Iglesia de arriba) a las 20:00 horas para recorrer la apasionante vida y obra de un poeta herido como fue Ángel González. En esta ocasión, el recital de poesía contará con acompañamiento de guitarra.
      Os recordamos que este es el primer recital de las jornadas "Un verano para la poesía" y que la segunda cita será para recordar a Gabriel Celaya el 20 de agosto a la misma hora y en el mismo sitio.

Para más información: circuloliterariomhern@gmail.com

¡¡OS ESPERAMOS!!


domingo, 17 de julio de 2011

Menos es más.

     El decrecimiento niega al hombre económico, siempre buscando el beneficio; quiere limitar el ámbito de la economía y sacarla del centro de nuestra vida. Apuesta por recuperar el dominio de nuestro tiempo y la libertad de decir no al consumo. Con el paso del tiempo afloran nuevas teorías afloran en las universidades de nuestro país, aunque sea de forma anecdótica, en asignaturas como Economía Internacional y similares.           Como toda teoría o corriente, el decrecimiento también tiene sus parábolas y metáforas. La que mejor lo ilustra es la del pescador mexicano y el norteamericano, que se acerca a charlar sobre el trabajo y el tiempo
     El pescador mexicano explica: "Duermo hasta tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, me echo una siesta, voy todas las noches al pueblo y todo la guitarra con mis amigos... Tengo una vida plena y ocupada". Por su parte, el pescador norteamericano le aconseja: "Deberías emplear más tiempo en la pesca. Con los ingresos podrías comprar varios botes, tendrás una flota y podrías abrir una factoría. Es más, no tendrías porqué abrirla en este pueblo, sino en Ciudad de México e incluso en Nueva York. Tendrías que cotizar en Bolsa para hacer más dinero y así poder retirarte a un pueblo costero donde dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con tus hijos, echar una siesta, ir todas las noches al pueblo y tocar la guitarra con tus amigos". ¡Qué maravilla! ¡Qué feliz rodeo!

     De este modo se atisba el decrecimiento como una oportunidad de ver lo que sucede a nuestro alrededor y lo que hacemos con éste. El decrecimiento podría definirse como una corriente de pensamiento político, económico y social que propone la disminución regulada y controlada de la producción económica para lograr un equilibrio ideal entre el ser humano, su entorno y su propia naturaleza. Incluso afirma que un crecimiento exponencial indefinido es insostenible en un medio ambiente finito
     La teoría del decrecimiento no es baladí e incluso hace ya varios años que diversos economistas han defendido esta posición. Ya en 2.003, el economista francés Serge Latouche publicó en Le Monde el artículo "Por una sociedad en decrecimiento", donde afirmó lo siguiente: "El decrecimiento pasa por abandonar el objetivo insano y absurdo del crecimiento por el crecimiento. Para acceder a una sociedad en decrecimiento es necesario salir de la economía; es decir, se han de tomar las riendas de nuestra vida en la teoría y en la práctica". En España, autores como Carlos Taibo con libros como "En defensa del decrecimiento" defienden esta corriente que aboga por la responsabilidad y la autocontención.
     Trabajar más para aumentar el consumo; reactivar la economía es crecer y seguir creciendo. Es la receta de muchos para salir de la crisis (pregunten en la CEOE). Se considera que no crecer es un problema, ya que crecimiento ha pasado a ser un sinónimo de bienestar. ¿Cómo se puede considerar el crecimiento como un sinónimo de bienestar? Los indicadores económicos que se ocupan del crecimiento (PIB,...) computan todo lo que es producción y gasto. Sin embargo, estos mismos indicadores apenas dicen nada de otros aspectos fundamentales para comprender lo que ocurre en nuestra sociedad, y para ejemplo el del trabajo doméstico (no contabilizado en ningún indicador económico). 
     En la sociedad de la insatisfacción, consumir nos acerca a la tan escurridiza felicidad. Consumir ha pasado a ser la principal esencia de nuestras vidas. Los promotores del consumo han sabido unir a la perfección este concepto con otros como el ocio; desvinculándolo de otras palabras como la necesidad. Este proceso se ha visto favorecido por la publicidad (deseo de lo ajeno y desprecio de lo propio), el crédito y la vida útil de los productos (obsolescencia programada). Nuestra vida se basa en comprar, tirar y comprar para que la economía funcione. La distancia se ha convertido en un argumento para valorar a una empresa: cuanto más lejos se encuentre de donde surgió, mejor. Y si además consigue menores costes, mejor aún. 
     Como indica Carlos Taibo: "El capitalismo es un estado de corrosión terminal, ha perdido los frenos de emergencia que en el pasado, y en diversas circunstancias, le permitieron salvar la cara. Es más; ha dejado de ser el sistema eficiente - explotador, injusto y excluyente - que fue en el pasado". Es hora de pensar ya en alternativas: el decrecimiento es una. El decrecimiento no es una utopía; es un planteamiento que comienza en la responsabilidad de cada uno. De este modo es algo controlable, concreto y asumible. El decrecimiento propone la racionalización tanto del consumo como del trabajo. Al rebajar nuestras "necesidades" podremos dedicar menos horas al trabajo y más horas a nosotros mismos
     Ocho horas de trabajo, a lo que normalmente se ha de sumar el tiempo de desplazamiento; supone dedicar a la actividad económica más que a ninguna otra actividad en nuestras vidas. ¿Por qué no salir de esta dinámica? ¿No es la economía una ciencia al servicio de las personas y no al contrario? Aún así, el dominio del tiempo es una forma básica de poder, ya sea de poder sobre otros o de poder sobre uno mismo (autodominio para suministrar nuestro tiempo conforme a nuestras "necesidades"). Esta reducción de la jornada laboral no supone una pérdida de tiempo, sino que es tiempo recuperado e invertido en uno mismo. En el fondo, pensándolo fríamente, sabemos que la felicidad no reside en el crecimiento y en el consumo: 
¿Por qué actuar como si no lo supiéramos?

José Enrique Alonso Velasco

miércoles, 6 de julio de 2011

Coloquio: Ensayo sobre la ceguera (José Saramago)


     Nos volvemos a reunir para comentar "Ensayo sobre la ceguera" de José Saramago. Una ceguera se extiende por una ciudad cualquiera, entre unos habitantes cualquiera. Toda una inspección por los límites de la conducta humana. Acércate a compartir con nosotros tus impresiones sobre esta obra. Consigue aquí la GUÍA DE LECTURA, o en nuestra sección del Círculo Literario Miguel Hernández. ¡Te esperamos!

Viernes 8 de julio
20:00
Sede del PCE (C/Fernán González 21, bajo)

     Ponte en contacto con nosotros a través de nuestro correo: circuloliterariomhern@gmail.com; o pásate por nuestra sede a conocernos. 

viernes, 1 de julio de 2011

El germen de la sociedad actual.

      La banalización es el nuevo germen de la sociedad moderna. Si definimos banal es todo aquello que es intrascendente, vulgar o de poca importancia. Pues bien, tomando esta definición podemos afirmar que lo banal en nuestros días es el estilo de vida occidental que arrastra cualquier campo o registro a la mediocridad.
Todo esto en parte se debe a la cultura industrial que tiende a imponerse por encima de las diferencias ideológicas y geográficas y representa una pontecialidad homogeneizante de la diversidad humana y biológica, para convertirse virtualmente en una parte del sistema productivo.
     La incidencia de la cultura industrial sobre el hombre ha sido analizada por el antropólogo Claudio Esteva Fabregat en su obra Antropología Industrial, en la cual nos dice: “El hombre de nuestro tiempo se encuentra inmerso dentro de la gran magia del poder industrial que actúa sobre él sutil o brutalmente pero de modo sistemático, como una ideología que ha capturado su mente modelándola sin cesar”.
     Y esta gran magia radica en la democracia de consumo que se caracteriza por aspectos como: desarrollo de los entornos urbanos frente a los rurales, redistribución masiva de la población, implantación de los mecanismos de producción industrial frente a los artesanales, establecimiento de un sistema económico basado en el libre mercado y generalización del sistema de la moda. Pero en el factor ideológico, predomina el individualismo y el hedonismo, la tecnocracia, la mitificación del bienestar y la orientación de la sociedad a lo efímero.
     Y, por último, otro factor al que se debe este fenómeno es la globalización del sistema capitalista que como resultado implica un desplazamiento del ser humano de lo objetivo, lo racional, lo físico… no existe el respeto por la singularidad y complejidad de la mente y el cuerpo humano.

Casandra González Alonso