domingo, 17 de julio de 2011

Menos es más.

     El decrecimiento niega al hombre económico, siempre buscando el beneficio; quiere limitar el ámbito de la economía y sacarla del centro de nuestra vida. Apuesta por recuperar el dominio de nuestro tiempo y la libertad de decir no al consumo. Con el paso del tiempo afloran nuevas teorías afloran en las universidades de nuestro país, aunque sea de forma anecdótica, en asignaturas como Economía Internacional y similares.           Como toda teoría o corriente, el decrecimiento también tiene sus parábolas y metáforas. La que mejor lo ilustra es la del pescador mexicano y el norteamericano, que se acerca a charlar sobre el trabajo y el tiempo
     El pescador mexicano explica: "Duermo hasta tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, me echo una siesta, voy todas las noches al pueblo y todo la guitarra con mis amigos... Tengo una vida plena y ocupada". Por su parte, el pescador norteamericano le aconseja: "Deberías emplear más tiempo en la pesca. Con los ingresos podrías comprar varios botes, tendrás una flota y podrías abrir una factoría. Es más, no tendrías porqué abrirla en este pueblo, sino en Ciudad de México e incluso en Nueva York. Tendrías que cotizar en Bolsa para hacer más dinero y así poder retirarte a un pueblo costero donde dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con tus hijos, echar una siesta, ir todas las noches al pueblo y tocar la guitarra con tus amigos". ¡Qué maravilla! ¡Qué feliz rodeo!

     De este modo se atisba el decrecimiento como una oportunidad de ver lo que sucede a nuestro alrededor y lo que hacemos con éste. El decrecimiento podría definirse como una corriente de pensamiento político, económico y social que propone la disminución regulada y controlada de la producción económica para lograr un equilibrio ideal entre el ser humano, su entorno y su propia naturaleza. Incluso afirma que un crecimiento exponencial indefinido es insostenible en un medio ambiente finito
     La teoría del decrecimiento no es baladí e incluso hace ya varios años que diversos economistas han defendido esta posición. Ya en 2.003, el economista francés Serge Latouche publicó en Le Monde el artículo "Por una sociedad en decrecimiento", donde afirmó lo siguiente: "El decrecimiento pasa por abandonar el objetivo insano y absurdo del crecimiento por el crecimiento. Para acceder a una sociedad en decrecimiento es necesario salir de la economía; es decir, se han de tomar las riendas de nuestra vida en la teoría y en la práctica". En España, autores como Carlos Taibo con libros como "En defensa del decrecimiento" defienden esta corriente que aboga por la responsabilidad y la autocontención.
     Trabajar más para aumentar el consumo; reactivar la economía es crecer y seguir creciendo. Es la receta de muchos para salir de la crisis (pregunten en la CEOE). Se considera que no crecer es un problema, ya que crecimiento ha pasado a ser un sinónimo de bienestar. ¿Cómo se puede considerar el crecimiento como un sinónimo de bienestar? Los indicadores económicos que se ocupan del crecimiento (PIB,...) computan todo lo que es producción y gasto. Sin embargo, estos mismos indicadores apenas dicen nada de otros aspectos fundamentales para comprender lo que ocurre en nuestra sociedad, y para ejemplo el del trabajo doméstico (no contabilizado en ningún indicador económico). 
     En la sociedad de la insatisfacción, consumir nos acerca a la tan escurridiza felicidad. Consumir ha pasado a ser la principal esencia de nuestras vidas. Los promotores del consumo han sabido unir a la perfección este concepto con otros como el ocio; desvinculándolo de otras palabras como la necesidad. Este proceso se ha visto favorecido por la publicidad (deseo de lo ajeno y desprecio de lo propio), el crédito y la vida útil de los productos (obsolescencia programada). Nuestra vida se basa en comprar, tirar y comprar para que la economía funcione. La distancia se ha convertido en un argumento para valorar a una empresa: cuanto más lejos se encuentre de donde surgió, mejor. Y si además consigue menores costes, mejor aún. 
     Como indica Carlos Taibo: "El capitalismo es un estado de corrosión terminal, ha perdido los frenos de emergencia que en el pasado, y en diversas circunstancias, le permitieron salvar la cara. Es más; ha dejado de ser el sistema eficiente - explotador, injusto y excluyente - que fue en el pasado". Es hora de pensar ya en alternativas: el decrecimiento es una. El decrecimiento no es una utopía; es un planteamiento que comienza en la responsabilidad de cada uno. De este modo es algo controlable, concreto y asumible. El decrecimiento propone la racionalización tanto del consumo como del trabajo. Al rebajar nuestras "necesidades" podremos dedicar menos horas al trabajo y más horas a nosotros mismos
     Ocho horas de trabajo, a lo que normalmente se ha de sumar el tiempo de desplazamiento; supone dedicar a la actividad económica más que a ninguna otra actividad en nuestras vidas. ¿Por qué no salir de esta dinámica? ¿No es la economía una ciencia al servicio de las personas y no al contrario? Aún así, el dominio del tiempo es una forma básica de poder, ya sea de poder sobre otros o de poder sobre uno mismo (autodominio para suministrar nuestro tiempo conforme a nuestras "necesidades"). Esta reducción de la jornada laboral no supone una pérdida de tiempo, sino que es tiempo recuperado e invertido en uno mismo. En el fondo, pensándolo fríamente, sabemos que la felicidad no reside en el crecimiento y en el consumo: 
¿Por qué actuar como si no lo supiéramos?

José Enrique Alonso Velasco

4 comentarios:

  1. Por más que intento comprender a IU no me sale... Sois de lo que no hay con tanta utopía. Mucho hablar pero nunca llegáis a nada, no tenéis el apoyo de la gente. La derecha triunfa y es lo que hay. De todos modos, mucha suerte con vuestro cuento.

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  2. Querido usuario anónimo: entendemos que el ejercicio de la comprensión requiere en sí mismo un esfuerzo que usted no quiere (o no es capaz) de realizar, ya sea con IU o con cualquier otro tema. ¿Utopía? Puede que nuestras propuestas suenen utópicas, pero viendo la situación actual cualquier propuesta distinta a lo existente suena a película. La cuestión es que las propuestas realizadas sean lógicas, comprensibles e incluso realizables por pura lógica, coherencia, democracia y justicia (como la creación de una Banca Pública). No somos gente de hablar, comos gente de actuar y así lo demostramos en aquellos lugares en que sí tenemos el apoyo popular (Rivas Vaciamadrid, Marinaleda,...). Recuerda que IU subió más de 200.000 votos en las últimas elecciones municipales. La derecha no es que triunfe, sino que ha sabido beneficiarse de la debacle sufrida por el PSOE, derivada de su pésima gestión. Nos desea usted suerte, aunque consideramos no necesitarla porque confiamos en nuestra capacidad de trabajo y en nuestro criterio, la suerte será para quien la necesite. Suerte para usted, caballero (o señora) que se esconde bajo el anonimato. Un saludo.

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  3. Flipando con el anónimo...en fin, hay gente para todo...

    Me ha gustado el artículo, muy buena la historia del pescador mexicano y del norteamericano jejeje.

    El principal problema que veo al decrecimiento es su propio nombre. Es decir, tenemos dificultades para explicar lo que significa o lo que queremos decir con "dictadura del proletariado" , "subida de impuestos" o "socialización de los medios de producción", y ahora con lo de "decrecimiento" hay otra teoría más que explicar para hacer ver que no es tan dañina como su propio nombre parece indicar. Tal vez habría sido mejor llamarla "reparto justo y equilibrado de la riqueza" o algo similar que no generase confusión...No se quien se inventaría el término, pero podría haber elegido otro algo menos equívoco...

    Por otra parte, para aplicar el decrecimiento con reducción de la jornada laboral (sin reducción de salario entiendo), reducción de la producción, y reparto del trabajo...sería complicado pues las empresas quebrarían al no poder pagar los salarios...por lo que debería ir acompañado de un cambio en la configuración empresarial pasando a modo cooperativo y de una forma global, en mi opinión.

    No se que opinaréis...

    Un saludo.
    Jesús.

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  4. Yo también flipé con el anónimo, querido Jesús. Tienes razón al afirmar que pueden existir problemas al explicar la dictadura del proletariado y demás, aunque es cuestión de ponerle ganas e insistir en ello :) En cuando a la adaptación empresarial para asumir el incremento salarial por trabajador (al tener menor jornada laboral) también es cuestión de readaptar el tejido empresarial de nuestro país. Creo que los beneficios potenciales que reportaría justifican la puesta en marcha de esta teoría :P

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